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"Todo lo sólido se desvanece en el aire"

Marshall

Publicado: 2014-08-26

En el marco del Festival de Cine Latinoamericano que se acaba de celebrar en Lima, fui a ver esta película con mi novia a sugerencia de ella. Fue una de las mejores que vi en este festival. Me hizo pensar en muchas cosas, pero especialmente en la cita cuyo título lleva esta columna. A propósito de esta película comparto este pequeño comentario.


Todo lo sólido se desvanece en el aire. Pareciera que nuestras formas de concebir el mundo, las convicciones a las que nos adherimos y en general, todo tipo de creencias y valoraciones que nos hacen de la manera como somos están destinadas a desvanecerse. Tarde o temprano. 

Las personas podemos cambiar nuestros puntos de vista, de eso no cabe duda. ¿Pero cuán cierto es que aquello en lo que siempre hemos creído se torne carente de sentido? Esto implica, qué duda cabe, un giro brusco en nuestra manera de comprendernos. 

Sucede con nuestras ideas religiosas, nuestros puntos de vista morales y también en nuestras relaciones interpersonales. Hasta hace poco tenía una idea de lo que era un tipo de vida plena. Ahora pienso que una cosa como tal no existe. La vida plena ya no es más una idea. Por el contrario, si acaso se logra una cosa como tal, pienso que esta es más un conjunto de experiencias basadas en el ensayo y el error en donde somos capaces de encontrar algún significado que nos haga sentir que estamos vivos. 

Vivir con honestidad, implica, por lo tanto, reconocerse en una situación en donde no existen las ideas acabadas ni marcos de referencia inmóviles. Implica asumir que todo es mutable. Que las cosas cambian y nuestra propia forma de estar en este mundo -sin solicitarlo-, supone un entrenamiento constante para adquirir la habilidad de vivir sin seguridad alguna, mas la que se presenta en el instante que uno siente se vuelve a incorporar a la vida, luego de creerse derrotado. 

Tal vez lo único sólido que exista en nuestra experiencia humana sea esto: siempre podemos volver a sentirnos vivos, aunque el instante sea fugaz o dure toda una vida. 



Escrito por

Carlo Mario Velarde

Filósofo, interesado en temas públicos y en la exploración de la subjetividad.


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