Robar y Hacer Obras.
La Política del Cinismo
Desde que se reveló la encuesta de Datum en el que el 49% de la ciudadanía expresa que Castañeda es el candidato que robará pero hará obras, no he podido dejar de pensar en el significado que ello tiene para nuestra sociedad, y la forma de concebirnos o de percibirnos a nosotros mismos como comunidad.
Si bien es cierto esta máxima o creencia política era común oírla en distintos espacios sociales, me parece que nunca se explicitó tan abiertamente a través de una encuesta de percepción pública. Y peor aún, nunca se hizo tan explícita la voluntad del elector de votar por alguien que en efecto, roba pero hace obras (la misma encuesta afirma que el 41% de ciudadanos votará por el señor Castañeda)
¿Qué dice de nosotros como ciudadanía esto? ¿Que somos una sociedad cínica? ¿Que la doble moral es constitutiva a nuestra peculiar sociedad limeña? ¿Que preferimos racionalmente maximizar nuestro propio beneficio antes que el bien común? ¿O que simplemente existe un amplio margen de ciudadanos que carecen de información suficiente como para poder determinar el impacto negativo de una postura política como esta? ¿O el descrédito político es tal que ya no importa cómo se lleve a cabo el ejercicio del poder público en nuestro país? Quién sabe la verdad. Tal vez sean todas estas razones la que operan al mismo tiempo tal vez sea otra razón que aún desconocemos.
Lo cierto es que tenemos mucho trabajo que hacer para que esta situación cambie. La clase política debe dar mejores muestras de que es posible ser eficientes sin incurrir en actos que atenten contra la ética pública, y la sociedad civil debe promover cada vez, con mayor esmero, espacios donde se discuta críticamente el papel decisivo que debe tener la ciudadanía para que las políticas públicas se ejecuten con decencia. Y por supuesto, la ciudadanía misma debe emprender un camino en el que el cinismo en las relaciones cotidianas no sea el criterio para obtener lo que se pretende.
Tenemos que aprender que las elecciones no es ir a votar únicamente. Implica la capacidad de elegir con criterio y convicción por propuestas que nos hagan mejor como país.